domingo, 28 de agosto de 2011

Padres, Hijos y Deporte - 1ra. Parte


Lo que cualquier padre desea o debería desear de un hijo es poderle ofrecer una educación sana y constructiva; el deporte ofrece este tipo de educación, pero sería una estrategia errónea optar por una educación deportiva obligada. El hijo debe tener el derecho a optar por la no participación en el deporte. Eso sí, alentar (sin chantajes ni intimidaciones) es la estrategia más efectiva.
Es tarea de los entrenadores proporcionar información objetiva sobre los fundamentos del deporte en cuestión, y cuando digo objetiva me refiero a evitar la típica situación de “venderles la moto”, es decir, generar expectativas demasiado elevadas.
Es sabido que muchos padres consideran a sus hijos como una prolongación de sí mismos, orientándoles hacia lo que ellos hubieran querido pero no pudieron, definiendo qué metas deben alcanzar (metas que ellos mismos hubieran deseado alcanzar), cargando sobre las espaldas de sus hijos una responsabilidad que puede interferir muy seriamente en la ejecución deportiva.
Los padres deben reconocer el derecho que cada joven tiende a desarrollar su potencial atlético en una atmósfera que enfatice la participación, el desarrollo personal y la diversión.
¿Cuáles deberían ser las responsabilidades parentales?